Cómo crear experiencias de seguridad para niños y jóvenes traumatizados

experiencias de seguridad para niños y jóvenes traumatizados

Redacción PETALES

Equipo de redacción de Petales España.

Una intervención terapéutica para niños y jóvenes que han sufrido adversidad y maltrato.

Las experiencias de seguridad relacional son el medio para que niños y jóvenes que han sufrido maltrato pueden encontrar la calma y el afecto que necesitan para recuperarse del trauma vivido. En esta publicación The Australian Childhood Foundation, explica la importancia de esta experiencia de seguridad y  la intervención terapéutica basada en la seguridad para niños víctimas de trauma.

Principios de una terapia centrada en la seguridad

 Sentirse seguro es una experiencia relacional

La seguridad se experimenta entre personas. Seguin Stephen W. Porges , en algún punto de la evolución de los reptiles a los mamíferos, fue necesario que los miembros de un mismo grupo empezaran a cooperar para conseguir sobrevivir como especie. En consecuencia, los mamíferos tuvieron que desarrollar la capacidad de bloquear la respuesta primitiva en favor de una incipiente socialización. El sistema vagal ventral mielinizado se transformó en la herramienta para inhibir las respuestas defensivas más reptilianas y permitir un comportamiento social, comunicativo y afectivo

La comunicación interpersonal influye en nuestra fisiología. Cuando se activa una alarma en el entorno o dentro de nosotros mismos, ciertas personas tienen la capacidad de calmarnos, ya que están en un estado fisiológico regulado que nos transmite seguridad. Buscamos calmar nuestro miedo en la relación y la cercanía con el otro. Palpamos la seguridad que nos transmiten aspectos fisiológicos de otra persona, como puede ser un ritmo cardíaco pausado, la profundidad de su respiración, la tranquilidad de su mirada, la melodía de su voz… Nos sentimos seguros al recordar experiencias compartidas de fuerza, amor y crianza, y al compartir historias colectivas de resistencia, lucha y superación. Nos sentimos seguros cuando confiamos en personas que nos demuestran que son predecibles y consistentes; cuando nuestros miedos son entendidos y validados por otros, con paciencia, tolerancia y empatía. En definitiva, nos sentimos seguros cuando mantenemos relaciones seguras que transmiten  seguridad.

El maltrato infantil es una violación de la experiencia de seguridad del niño.

El maltrato supone para un niño o niña  una interrupción abrupta de su sensación de seguridad. En muchas ocasiones, los niños son dañados por adultos que se supone debían de protegerles. Los niños confían en que los adultos, no sólo les protejan, sino que les ayuden a co-regularse y calmarse. Cuando estos adultos se convierten en la causa del peligro, no sólo provocan miedo y dolor, sino que dejan al niño indefenso y sin posibilidad de regularse y recuperar un estado fisiológico de calma y seguridad.

Maltrato infantil

Estos niños tienen interiorizada la experiencia de sentirse en peligro, de igual modo que tienen interiorizada la reacción fisiológica a ese peligro. La amenaza impregna de tensión sus músculos, su ritmo cardíaco, su respiración, su proceso digestivo… todas sus funciones corporales:

  • Están siempre alerta,  Su estado fisiológico no puede descansar ni reponerse.
  • Están cansados. Apenas tienen energía para adaptarse a nuevos entornos y asimilar información nueva.
  • Reducen su rango de respuesta a las reacciones que les han servido hasta ahora para sobrevivir.
  • Dejan fuera el mundo y todo aquello que pueda significar una amenaza.

Como apunta Porges, el sistema vagal en los niños traumatizados tiene disminuida la función reguladora de los órganos internos. Los niños víctimas de trauma captan con más facilidad los sonidos de aquello que les resulta amenazante y les cuesta percibir la calidez de la voz humana. Sus gestos son erráticos. Sufren dolores de estómago. Tienen problemas para dormir. Evitan el contacto visual. Su tono de voz no se corresponde al de los que tienen a su alrededor. La falta de seguridad que experimentan en el mundo exterior es directamente proporcional a la inseguridad de su neurofisiología interna. En sus experiencias de interrelación con los otros y el entorno prevalecen los sentimientos de miedo, rechazo, aislamiento,  vergüenza y  humillación.

Sentirse seguro es la base para sanar el trauma.

La experiencia de sentirse seguro implica una armonía a nivel psicológico interno y a nivel relacional. Se percibe psicológicamente y se experimenta fisiológicamente. Lograr que los niños y jóvenes víctimas de trauma se sientan seguros no es tarea fácil. El objetivo de nuestra intervención es proporcionar que estos chicos se sientan seguros por medio de establecer relaciones de confianza con adultos que sean previsibles, que les ayuden a regularse, que le aporten estabilidad, que les ayuden a interpretar y re-interpretar su identidad.

Con la ayuda de estas relaciones de confianza, estos chicos conseguirán conectarse y conectar; serán capaces de crear nuevos recuerdos de cuidado y confianza; podrán mejorar su percepción del entorno y de sí mismos. El mundo dejará de ser un lugar tan peligroso y ellos empezarán a sentirse capaces de sobrevivir en él. Proporcionar esta experiencia de seguridad relacional es la ruta para sanar a los niños víctimas de trauma.

¿En qué consiste la intervención terapéutica basada en la seguridad para niños víctimas de trauma?

 En La Fundación Australiana para la Infancia, trabajan terapéuticamente con niños y jóvenes víctimas de trauma por maltrato, violencia y abuso. Muchos de ellos han sufrido estas experiencias de adversidad a lo largo de toda su vida. Su objetivo es conectar a estos niños y jóvenes con aquellos adultos de su entorno que sean capaces de cuidarlos, protegerlos y apoyarlos.

 Recuperando la experiencia de seguridad para los adultos

Los adultos presentes en las redes de apoyo de los niños víctimas de trauma son sus padres, abuelos, tíos, acogedores, educadores, profesores, entrenadores, trabajadores sociales, terapeutas. Puede que algunos de ellos hayan experimentado experiencias de maltrato en su vida. Todos habrán experimentado la activación de la rama simpática del sistema nervioso en alguna ocasión.

Para ofrecer seguridad, el adulto necesita experimentar seguridad. Los adultos tienen que ser conscientes de lo que experimentan. . No se puede estar receptivo a la experiencia de un niño sino somos capaces de estar receptivos a nuestra propia experiencia. El adulto tiene que ser capaz de encontrar y reconocer las experiencias de seguridad que le han aportado consuelo, alivio y reparación. Estos son los aspectos que se puede trabajar con los adultos: ayudarles a ser conscientes de cómo eran sus sensaciones corporales, sus emociones y sus pensamientos cuando se sentían seguros, para que así puedan transmitir al niño esa experiencia de seguridad.

La Fundación Australiana ha desarrollado una serie de preguntas y ejercicios en torno a la seguridad para trabajar con adultos que tienen a su cargo a niños víctimas de trauma, tanto padres como cuidadores. Estas preguntas, y las conversaciones que se derivan de ellas, conectan al adulto con sus propias experiencias de seguridad. Se pretende así empoderar a los adultos que están a cargo de niños y jóvenes víctimas de trauma, de manera que encuentren dentro de sí los recursos para conectar con estos chicos y compartir con ellos una experiencia de seguridad. Es un método terapéutico que establece un paralelismo entre la relación entre el terapeuta y el padre o cuidador con la relación que establece el padre o el cuidador con el menor.

Restaurando la experiencia de seguridad en niños y jóvenes víctimas de trauma.

La primera fase trata de establecer relaciones de seguridad con niños víctimas de maltrato. Es un proceso que implica mucha empatía, tiempo y paciencia. En un principio, el adulto ha de prestar atención a cómo el niño percibe la información y las sensaciones que le transmite su cuerpo. Tanto el terapeuta como los adultos a cargo tienen que estar pendientes de cómo reacciona el menor a los cambios en su entorno y ante aquellas relaciones que le pueden perturbar o alterar.

Para los niños que han sufrido maltrato, su cuerpo es un lugar de peligro. No pueden fiarse de él. No pueden diferenciar las reacciones de miedo que han quedado enquistadas en su cuerpo de las situaciones reales de peligro que se pueden dar en su entorno. Imaginada o real, la sensación de peligro es la misma para estos niños. Sufren una discordancia entre las pistas internas de su organismo y las experiencias externas de su entorno. El objetivo de los adultos es proporcionarles estados internos de seguridad y ayudarles a distinguirlos de aquellos estados de peligro.

Cómo crear una experiencia de seguridad entre el niño y el adulto

La idea central es que esta experiencia seguridad se consigue haciendo que el cuidador y el niño a su cargo compartan experiencias basadas en la reciprocidad.

Como terapeutas, nuestro método consiste en crear situaciones en que, a través del juego, el niño y el adulto desarrollen modelos de conducta coincidentes y recíprocos. En el juego se establecen turnos, de modo que el niño y adulto reconozcan y comprendan las respuestas del otro ante una determinada situación. Cada intervención concluye con un ejercicio de reflexión que pone en palabras cómo se ha experimentado la experiencia de seguridad en el niño y en el adulto, tanto a nivel corporal como mental.

  • Juntos en busca del tesoro.
  • Uniendo estrellas en el cielo.
  • Jugando juntos con la arena.
  • Sintiendo la música

La seguridad es un imperative biológico

Tal y como señala Porges, la conectividad es un imperativo biológico necesario para la supervivencia. La neurofisiología de los mamíferos ha evolucionado para asegurar esta interdependencia.  De la misma manera, la seguridad entre humanos entendida como una herramienta que regula y facilita el crecimiento y la reparación es también un imperativo biológico. Esta experiencia profunda de seguridad relacional es el medio por el que niños y jóvenes que han sufrido maltrato pueden encontrar la calma y el afecto que necesitan para recuperarse del trauma vivido. Tomar consciencia de la importancia de esta experiencia de seguridad es el objetivo de esta terapia con niños y jóvenes traumatizados y los adultos que los apoyan.

 

 

Docuemnto original de Australian Childhood Foundation

Documentotraducido

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