Adversidad Temprana y apego
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Adversidad Temprana y Apego
Qué es la Adversidad Temprana
Podemos definir la Adversidad Temprana como cualquier situación adversa anterior al nacimiento, durante la gestación o durante la infancia, sobre todo durante los primeros años de vida. El maltrato infantil es “un factor ambiental adverso, capaz de trastocar el proceso del neurodesarrollo y condicionar la maduración cerebral del menor, desembocando en unos déficits cognitivos persistentes incluso en la vida adulta”. A. Amores-Villalba,R.Mateos-Mateos/PsicologíaEducativa23(2017)81–88 También podemos hablar de trauma temprano o infantil.
Límites de tiempo en la Adversidad Temprana
Es difícil acotar el tiempo “necesario o suficiente” para crear una situación de Adversidad Temprana. Nos encontramos con autores que definen el trauma temprano o infantil como una exposición continua a situaciones que generan estrés por lo menos durante un período de 6 meses o un estrés excesivo en los primeros 7 años de vida, ampliando o disminuyendo en otros casos estos rangos. KS Kendler, LM Karkowski, CA Prescott. Causal Relationship Between Stressful Life Events. Am J Psychiatry. 156 (1999)
Efectos del estrés durante la infancia
La investigación sobre los efectos del estrés durante la infancia temprana ha demostrado que existe una repercusión biológica. Adversidades mayores como la pobreza extrema, desnutrición, el abuso, o la negligencia pueden afectar la arquitectura del cerebro en desarrollo y poner al sistema de respuesta al estrés en permanente alerta. Impacto de la Adversidad durante la infancia sobre el desarrollo de los niños. Center of the Developing Child. Harvard University Es importante tener en cuenta que la Adversidad Temprana también se da por la falta de “buenos tratos”, siendo un importante factor de riesgo para el bebé y durante el desarrollo infantil. BARUDY, Jorge; DANTAGNAN, Maryorie. Los buenos tratos a la infancia: Parentalidad, apego y resiliencia. Editorial Gedisa, 2005
Índice de contenidos:
El Maltrato Infantil (OMS)
El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de menores de 18 años. Incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño o la niña, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil. El maltrato infantil causa alteraciones en la salud mental y física que perduran toda la vida, y sus consecuencias a nivel socioprofesional pueden, en última instancia, ralentizar el desarrollo económico y social de un país. OMS: Maltrato Infantil, Datos y Cifras.
Factores de riesgo según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Una visión general para comprender las causas del maltrato infantil
Para comprender las causas del maltrato infantil, es fundamental tener en cuenta diversos factores de riesgo identificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos factores no son uniformes en todos los contextos sociales y culturales, pero proporcionan una visión general para comprender mejor las causas subyacentes. Se pueden clasificar en:Factores relacionados con el niño,Factores relacionados con los progenitores o cuidadores,Factores relacionados con el tipo de relación entre el niño y los cuidadores,Factores comunitarios y sociales.
Factores de los padres o cuidadores/as(las figuras de apego)
- Dificultades para establecer vínculos afectivos con el bebé
- No cuidar al niño-a o bebé
- Maltrato hacia el niño o niña
- Desconocimiento sobre el desarrollo infantil (carecen de la información necesaria)
- Consumo de alcohol o drogas, especialmente en la gestación
- Actividades delictivas en el entorno familiar
- Dificultades económicas, pobreza
Factores relacionales ( grupo familiar)
- Problemas físicos, mentales o del desarrollo en la familia
- Ruptura familiar o violencia entre otros miembros
- Aislamiento de la familia en la comunidad o falta de apoyos
- Sin apoyo de la familia extensa para la crianza
El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de menores de 18 años. Incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño o la niña, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil. El maltrato infantil causa alteraciones en la salud mental y física que perduran toda la vida, y sus consecuencias a nivel socioprofesional pueden, en última instancia, ralentizar el desarrollo económico y social de un país. OMS: Maltrato Infantil, Datos y Cifras.
Factores de riesgo según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Una visión general para comprender las causas del maltrato infantil
Para comprender las causas del maltrato infantil, es fundamental tener en cuenta diversos factores de riesgo identificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos factores no son uniformes en todos los contextos sociales y culturales, pero proporcionan una visión general para comprender mejor las causas subyacentes. Se pueden clasificar en:
- Factores relacionados con el niño.
- Factores relacionados con los progenitores o cuidadores.
- Factores relacionados con el tipo de relación entre el niño y los cuidadores.
- Factores comunitarios y sociales.
Entender estos factores es crucial para implementar estrategias efectivas de prevención y protección infantil en diversas comunidades y contextos culturales.
Factores de los padres o cuidadores/as (las figuras de apego)
- Dificultades para crear vínculos afectivos con el bebé
- No cuidar al niño-a o bebé
- Maltrato hacia el niño o niña
- Desconocimiento sobre el desarrollo infantil (carecen de la información necesaria)
- Consumo de alcohol o drogas, especialmente en la gestación
- Actividades delictivas en el entorno familiar
- Dificultades económicas, pobreza
Factores relacionales ( grupo familiar)
- Problemas físicos, mentales o del desarrollo en la familia
- Ruptura familiar o violencia entre otros miembros
- Aislamiento de la familia en la comunidad o falta de apoyos
- Sin apoyo de la familia extensa para la crianza
Estudio sobre Experiencias Adversas en la infancia (ACES)
El Estudio de Experiencias Adversas en la Infancia (Estudio ACE) es un estudio de investigación realizado por la organización estadounidense de salud Kaiser Permanente y Centers for Disease Control and Prevention. Los participantes fueron reclutados para el estudio entre 1995 y 1997.
El vínculo afectivo o apego
Qué es el vínculo afectivo o apego
El vínculo afectivo o apego es una construcción afectiva basada en la necesidad que tiene el niño/a de seguridad y de protección. La cualidad de las interacciones entre el bebé y su cuidador principal durante los dos primeros años de vida es uno de los cimientos sobre los que se construye la capacidad del niño/a de comprender y actuar en el mundo afectivo. El apego es un proceso vital en los humanos, no solo porque incrementa la probabilidad de supervivencia en la infancia sino porque optimiza el desarrollo de una personalidad adaptativa.
Teoría del Apego
La Teoría del apego se fundamenta principalmente en el vínculo emocional que desarrolla el bebé hacia sus cuidadores principales, obteniendo de ellos seguridad física y psicológica. Las bases de esta Teoría fueron formuladas por e el psicoanalista John Bowlby (1951)
«El apego es un vínculo emocional profundo y duradero que conecta a una persona con otra a través del tiempo y el espacio.» John Bowlby
En los años 60 y 70, las aportaciones de Mary Ainsworth permitieron la expansión, conceptual y académica, de la teoría del apego. Se estableció una propuesta de clasificación de la relación de apego en tres estilos: apego seguro, inseguro-evitativo y resistente-ambivalente. La descripción de estos tipos de apego se basó en la respuesta de los niños a un procedimiento de laboratorio conocido como “Situación Extraña”, en la que el niño es sometido a una serie de separaciones y reencuentros con su figura de apego.
El objetivo era evaluar la manera en que los niños utilizaban a los adultos como fuente de seguridad, desde la cual podían explorar su ambiente, y cómo reaccionaban ante la presencia de extraños, sobre todo en los momentos de separación y de reunión con la madre o persona cuidadora.
Posteriormente, Main & Solomon (1990) encontraron que algunos niños presentaban respuestas inexplicables, contradictorias o extrañas en presencia de los padres, e introdujeron una nueva categoría en la clasificación inicial el apego inseguro: el estilo desorganizado.
John Bowlby, Attachment and Loss Mary Ainsworth -The Strange Situation La teoría del vínculo afectivo.
La teoría del vínculo afectivo o apego
Qué es el vínculo afectivo o apego
Patrones o estilos de apego
Los estilos de apego surgen en respuesta a la atención que reciben los niños de sus progenitores u otros cuidadores durante la infancia y no son categorías diagnósticas.
- El apego de tipo seguro: El niño utiliza el cuidador como una base segura para la exploración. Protesta contra la partida del cuidador y busca proximidad. Puede ser consolado por extraños, pero muestra una clara preferencia por el cuidador, y este reacciona de forma consistente a las necesidades
- El apego de tipo evitativo: El niño muestra poco intercambio afectivo en el juego, escasa o ninguna irritación ante la ausencia del cuidador. Espera su regreso y cuando este regresa, no le presta mucha atención.
- El apego de tipo ambivalente o resistente: Para el niño la persona cui dadora no es una base segura, coexisten sentimientos ambivalentes, por un lado, busca el consuelo materno a su regreso, pero al mismo tiempo, siente rabia. El niño siempre se siente ansioso porque la disponibilidad del cuidador nunca es consistente.
- El apego de tipo desorientado o desorganizado: El niño no tiene un patrón claro de comportamiento, sino que tan pronto manifiesta una conducta de apego fuerte, como busca la evitación o se queda paralizado. Oscila entre la angustia, el enfado, la evitación y el alejamiento. Percibe a su cuidador como figura atemorizante e impredecible, ya que éste adopta estrategias de cuidado incoherentes. El niño con este tipo de apego ha tenido experiencias relacionales tempranas dolorosas.
Cómo se desarrolla el vínculo afectivo
Por qué es importante el vínculo afectivo
El vínculo afectivo o apego es clave en el desarrollo psicológico de los niños y niñas, y en la formación de su personalidad. La calidad del apego influye en su comportamiento y es necesario para que el niño/a pueda:
- Ser capaz de gestionar el estrés y a las frustraciones
- Ser capaz de gestionar sus miedos y sus inquietudes
- Ser capaz de hacer frente a cualquier amenaza
- Desarrollar relaciones sanas
- Ser capaz de pensar con lógica
- Alcanzar un cierto grado de autonomía y desarrollo intelectual
Durante la infancia, la prioridad es mantener el vínculo con las figuras de referencia (padre, madre u otra persona importante) a cualquier precio. Pero si el niño o niña aprende que estas figuras significativas no son figuras de protección seguras, “experimentará la necesidad de buscar mecanismos de regulación emocional alternativos. Por ejemplo: otras personas, cosas materiales o actividades que le ayuden a regularse” (Hilburn-Cobb, 2004). Por lo tanto, si este vínculo se rompe, el niño o la niña tendrán que desarrollar estrategias para tener un equilibrio que le permita regularse emocionalmente.
En función de la interacción que haya tenido con sus cuidadores, el niño o la niña desarrolla una serie de modelos operativos internos que contienen los recuerdos, creencias, objetivos y estrategias creados en función de las experiencias pasadas (Botella, 2005).
Base insegura del apego
Cuando el sistema de apego está dañado, con una base insegura, es más fácil que se sufran trastornos en la edad adulta. Muchos trastornos psicológicos tienen que ver con un trastorno de apego o vinculación manifestándose como un trastorno de regulación propia y/o en la relación con el otro. Todo lo descrito anteriormente se puede modificar. Los modelos internos no son rígidos e inflexibles, sino que pueden modificarse en función de las figuras de apego que conocemos a lo largo de la vida.
Las bases neurobiológicas del apego: El modelado a través de la figura significativa. (Rafael Benito Moraga)
Cómo crear experiencias de seguridad para niños y jóvenes traumatizados
Intervention relational based en la confiaza TBRI® (Trust-Based Relational Intervention® – Spanish)
El vínculo afectivo o apego
Qué es el vínculo afectivo o apego
El vínculo afectivo o apego es una construcción afectiva basada en la necesidad que tiene el niño/a de seguridad y de protección. La cualidad de las interacciones entre el bebé y su cuidador principal durante los dos primeros años de vida es uno de los cimientos sobre los que se construye la capacidad del niño/a de comprender y actuar en el mundo afectivo. El apego es un proceso vital en los humanos, no solo porque incrementa la probabilidad de supervivencia en la infancia sino porque optimiza el desarrollo de una personalidad adaptativa.
Teoría del Apego
La Teoría del apego se fundamenta principalmente en el vínculo emocional que desarrolla el bebé hacia sus cuidadores principales, obteniendo de ellos seguridad física y psicológica. Las bases de esta Teoría fueron formuladas por e el psicoanalista John Bowlby (1951)
«El apego es un vínculo emocional profundo y duradero que conecta a una persona con otra a través del tiempo y el espacio.» John Bowlby
En los años 60 y 70, las aportaciones de Mary Ainsworth permitieron la expansión, conceptual y académica, de la teoría del apego. Se estableció una propuesta de clasificación de la relación de apego en tres estilos: apego seguro, inseguro-evitativo y resistente-ambivalente. La descripción de estos tipos de apego se basó en la respuesta de los niños a un procedimiento de laboratorio conocido como “Situación Extraña”, en la que el niño es sometido a una serie de separaciones y reencuentros con su figura de apego.
El objetivo era evaluar la manera en que los niños utilizaban a los adultos como fuente de seguridad, desde la cual podían explorar su ambiente, y cómo reaccionaban ante la presencia de extraños, sobre todo en los momentos de separación y de reunión con la madre o persona cuidadora.
Posteriormente, Main & Solomon (1990) encontraron que algunos niños presentaban respuestas inexplicables, contradictorias o extrañas en presencia de los padres, e introdujeron una nueva categoría en la clasificación inicial el apego inseguro: el estilo desorganizado.
John Bowlby, Attachment and Loss Mary Ainsworth -The Strange Situation La teoría del vínculo afectivo.
La teoría del vínculo afectivo o apego
Qué es el vínculo afectivo o apego
Patrones o estilos de apego
Los estilos de apego surgen en respuesta a la atención que reciben los niños de sus progenitores u otros cuidadores durante la infancia y no son categorías diagnósticas.
- El apego de tipo seguro: El niño utiliza el cuidador como una base segura para la exploración. Protesta contra la partida del cuidador y busca proximidad. Puede ser consolado por extraños, pero muestra una clara preferencia por el cuidador, y este reacciona de forma consistente a las necesidades
- El apego de tipo evitativo: El niño muestra poco intercambio afectivo en el juego, escasa o ninguna irritación ante la ausencia del cuidador. Espera su regreso y cuando este regresa, no le presta mucha atención.
- El apego de tipo ambivalente o resistente: Para el niño la persona cui dadora no es una base segura, coexisten sentimientos ambivalentes, por un lado, busca el consuelo materno a su regreso, pero al mismo tiempo, siente rabia. El niño siempre se siente ansioso porque la disponibilidad del cuidador nunca es consistente.
- El apego de tipo desorientado o desorganizado: El niño no tiene un patrón claro de comportamiento, sino que tan pronto manifiesta una conducta de apego fuerte, como busca la evitación o se queda paralizado. Oscila entre la angustia, el enfado, la evitación y el alejamiento. Percibe a su cuidador como figura atemorizante e impredecible, ya que éste adopta estrategias de cuidado incoherentes. El niño con este tipo de apego ha tenido experiencias relacionales tempranas dolorosas.
Cómo se desarrolla el vínculo afectivo
Por qué es importante el vínculo afectivo
El vínculo afectivo o apego es clave en el desarrollo psicológico de los niños y niñas, y en la formación de su personalidad. La calidad del apego influye en su comportamiento y es necesario para que el niño/a pueda:
- Ser capaz de gestionar el estrés y a las frustraciones
- Ser capaz de gestionar sus miedos y sus inquietudes
- Ser capaz de hacer frente a cualquier amenaza
- Desarrollar relaciones sanas
- Ser capaz de pensar con lógica
- Alcanzar un cierto grado de autonomía y desarrollo intelectual
Durante la infancia, la prioridad es mantener el vínculo con las figuras de referencia (padre, madre u otra persona importante) a cualquier precio. Pero si el niño o niña aprende que estas figuras significativas no son figuras de protección seguras, “experimentará la necesidad de buscar mecanismos de regulación emocional alternativos. Por ejemplo: otras personas, cosas materiales o actividades que le ayuden a regularse” (Hilburn-Cobb, 2004). Por lo tanto, si este vínculo se rompe, el niño o la niña tendrán que desarrollar estrategias para tener un equilibrio que le permita regularse emocionalmente.
En función de la interacción que haya tenido con sus cuidadores, el niño o la niña desarrolla una serie de modelos operativos internos que contienen los recuerdos, creencias, objetivos y estrategias creados en función de las experiencias pasadas (Botella, 2005).
Base insegura del apego
Cuando el sistema de apego está dañado, con una base insegura, es más fácil que se sufran trastornos en la edad adulta. Muchos trastornos psicológicos tienen que ver con un trastorno de apego o vinculación manifestándose como un trastorno de regulación propia y/o en la relación con el otro. Todo lo descrito anteriormente se puede modificar. Los modelos internos no son rígidos e inflexibles, sino que pueden modificarse en función de las figuras de apego que conocemos a lo largo de la vida.
Las bases neurobiológicas del apego: El modelado a través de la figura significativa. (Rafael Benito Moraga)
Cómo crear experiencias de seguridad para niños y jóvenes traumatizados
Intervention relational based en la confiaza TBRI® (Trust-Based Relational Intervention® – Spanish)
¿Qué es el apego? ¿Cuál es su importancia en el desarrollo psicológico? Purificación Sierra García profesora del Departamento Psicología Evolutiva y de la Educación, UNED
¿Tu familia se encuentra en esta situación? ¿Necesitas ayuda?
Consecuencias de la adversidad temprana
¿Qué problemas concretos pueden tener las niñas y los niños maltratados con problemas de apego?
Bruce D. Perry, M.D., Ph.D. Adpatacion de “Maltreated Children: Experience, Brain Development and the Next Generation”
Retraso del desarrollo
Los niños/as que experimentan el abandono emocional en la primera infancia por lo general tienen un retraso en el desarrollo con respecto a varios ámbitos. El vínculo entre el niño/a pequeño y los cuidadores principales es el medio más importante para desarrollarse físicamente, emocionalmente y de forma cognitiva. Es en este contexto primario en el que los niños/as aprenden a hablar, desarrollan habilidades sociales y un conjunto de destrezas fundamentales requeridas para un desarrollo sano. La falta de consistencia y de experiencias enriquecedoras en la niñez temprana puede dar lugar a retrasos en el desarrollo motor, del lenguaje, social y cognitivo.
Problemas de alimentación
Es frecuente que los niños/as que han sufrido negligencia tengan hábitos alimenticios poco habituales. Acumulan la comida, la esconden en su habitación, pueden comer como si se fueran a morir de hambre, aunque hayan tenido un plato de comida disponible durante años.
Conductas de relajación primitivas
Utilizarán formas de relajarse muy primitivas, inmaduras y extrañas. Pueden morderse, golpearse la cabeza, mecerse, cantar, arañarse o cortarse. Esos síntomas se incrementan en los momentos en los que se sienten angustiados y amenazados.
Funcionamiento emocional:
Es frecuente observar una amplia gama de problemas emocionales, entre los que se encuentran los síntomas de depresión y ansiedad. Una conducta bastante habitual es el apego indiscriminado. Todos los niños/as buscan la seguridad. Teniendo en cuenta que el apego es importante para la supervivencia, se ponen cariñosos con personas extrañas y los abrazan. En realidad, no es que estén desarrollando un vínculo emocional profundo con esa persona relativamente desconocida ni mucho menos; más bien, esas muestras de cariño son, en realidad, una forma de búsqueda de seguridad. Desde el punto de vista médico es preocupante ya que esas conductas reflejan la confusión del niño/a maltratado con respecto a la intimidad emocional y el hecho de que no son consistentes con respecto a las relaciones sociales normales.
Ejemplos inapropiados
Toman ejemplo de los comportamientos que observan en los adultos, por muy abusivos que sean. Aprenden que el abuso es la forma adecuada de relacionarse con los demás. Esto puede llegar a causarles problemas en los vínculos sociales con los adultos y con sus iguales. Los niños/as que han sido víctimas de abuso sexual, se volverán más vulnerables a la victimización repetida. De hecho, los varones que han sufrido este tipo específico de abuso pueden llegar a convertirse ellos mismos en agresores.
Agresividad:
Uno de los problemas más importantes que se puede dar es la agresión y la crueldad. Esto está relacionado con dos problemas principales que se observan en los niños y niñas que han sufrido negligencia: (1) falta de empatía y (2) problemas de control de los impulsos. La capacidad de entender cómo les afecta el comportamiento a las demás personas está deteriorada. Realmente no entienden lo que se siente cuando dicen o hacen algo que hace daño. Se ven con la necesidad de lastimar a los demás, siendo lo más habitual alguien que tenga menos poder que ellos. Pueden hacer daño a los animales, a los niños/as más pequeños, a sus compañeros/as y a sus hermanos/as. Uno de los elementos más preocupantes de esta clase de agresión es que se acompaña de una falta de empatía que se muestra con frialdad y desapego.
Consecuencias de la adversidad temprana/maltrato
¿Qué problemas concretos pueden tener las niñas y los niños maltratados con problemas de apego?
Bruce D. Perry, M.D., Ph.D. Adpatacion de “Maltreated Children: Experience, Brain Development and the Next Generation”
Retraso del desarrollo
Los niños/as que experimentan el abandono emocional en la primera infancia por lo general tienen un retraso en el desarrollo con respecto a varios ámbitos. El vínculo entre el niño/a pequeño y los cuidadores principales es el medio más importante para desarrollarse físicamente, emocionalmente y de forma cognitiva. Es en este contexto primario en el que los niños/as aprenden a hablar, desarrollan habilidades sociales y un conjunto de destrezas fundamentales requeridas para un desarrollo sano. La falta de consistencia y de experiencias enriquecedoras en la niñez temprana puede dar lugar a retrasos en el desarrollo motor, del lenguaje, social y cognitivo.
Problemas de alimentación
Es frecuente que los niños/as que han sufrido negligencia tengan hábitos alimenticios poco habituales. Acumulan la comida, la esconden en su habitación, pueden comer como si se fueran a morir de hambre, aunque hayan tenido un plato de comida disponible durante años.
Conductas de relajación primitivas
Utilizarán formas de relajarse muy primitivas, inmaduras y extrañas. Pueden morderse, golpearse la cabeza, mecerse, cantar, arañarse o cortarse. Esos síntomas se incrementan en los momentos en los que se sienten angustiados y amenazados.
Funcionamiento emocional:
Es frecuente observar una amplia gama de problemas emocionales, entre los que se encuentran los síntomas de depresión y ansiedad. Una conducta bastante habitual es el apego indiscriminado. Todos los niños/as buscan la seguridad. Teniendo en cuenta que el apego es importante para la supervivencia, se ponen cariñosos con personas extrañas y los abrazan. En realidad, no es que estén desarrollando un vínculo emocional profundo con esa persona relativamente desconocida ni mucho menos; más bien, esas muestras de cariño son, en realidad, una forma de búsqueda de seguridad. Desde el punto de vista médico es preocupante ya que esas conductas reflejan la confusión del niño/a maltratado con respecto a la intimidad emocional y el hecho de que no son consistentes con respecto a las relaciones sociales normales.
Ejemplos inapropiados
Toman ejemplo de los comportamientos que observan en los adultos, por muy abusivos que sean. Aprenden que el abuso es la forma adecuada de relacionarse con los demás. Esto puede llegar a causarles problemas en los vínculos sociales con los adultos y con sus iguales. Los niños/as que han sido víctimas de abuso sexual, se volverán más vulnerables a la victimización repetida. De hecho, los varones que han sufrido este tipo específico de abuso pueden llegar a convertirse ellos mismos en agresores.
Agresividad:
Uno de los problemas más importantes que se puede dar es la agresión y la crueldad. Esto está relacionado con dos problemas principales que se observan en los niños y niñas que han sufrido negligencia: (1) falta de empatía y (2) problemas de control de los impulsos. La capacidad de entender cómo les afecta el comportamiento a las demás personas está deteriorada. Realmente no entienden lo que se siente cuando dicen o hacen algo que hace daño. Se ven con la necesidad de lastimar a los demás, siendo lo más habitual alguien que tenga menos poder que ellos. Pueden hacer daño a los animales, a los niños/as más pequeños, a sus compañeros/as y a sus hermanos/as. Uno de los elementos más preocupantes de esta clase de agresión es que se acompaña de una falta de empatía que se muestra con frialdad y desapego.
Consecuencias del maltrato crónico intrafamiliar en la infancia: trauma del desarrollo
Isabel María Cervera Pérez1, Concepción López-Soler2, Mavi Alcántara-López2, Maravillas Castro Sáez2, Visitación Fernández-Fernández2 y Antonia Martínez Pérez2 1Unidad de Salud Mental Comunitaria Huércal-Overa. 2Universidad de Murcia.
El maltrato, los abusos y el abandono durante la infancia pueden considerarse sucesos traumáticos que interrumpen el desarrollo cerebral normal y que pueden incluso llegar a producir modificaciones considerables en algunas estructuras cerebrales. Estos efectos neurobiológicos parecen desempeñar un papel relevante, junto con otros factores ambientales y genéticos, en el desarrollo posterior de diversas psicopatologías, tanto a corto como a largo plazo.
Los resultados que se desprenden de los estudios revisados apoyan el enorme potencial traumático de eventos que ocurren en el contexto diario de las relaciones de apego, que implican unos cuidados y protección inexistentes o inapropiados a los menores por parte de los adultos responsables. Las investigaciones han encontrado evidencia acerca de que este tipo de sucesos traumáticos generan, tanto en adultos como en menores, una diversidad de manifestaciones psicopatológicas que exceden la sintomatología exclusiva de TEPT, y que afectan a la regulación afectiva, cognitiva y conductual.
Con el objetivo de mejorar el diagnóstico del impacto de traumas complejos, surgieron dos nuevas propuestas diagnósticas, la de TEPT-C y TTD, equivalente al TEPT Complejo, pero específico para población infantil.En menores, el diagnóstico de TTD permite constatar el impacto de sucesos en el apego que determinan problemas para lograr unas competencias evolutivas normales relacionadas con aspectos centrales de su desarrollo, y les impide tener un funcionamiento satisfactorio en las diferentes áreas de su vida y bienestar mental.
Los 7 impactos del Trauma del Desarrollo
Experiencias adversas tempranas. Dificultades, avances y retrocesos desde la mirada de las familias
Los 3 pilares del Cuidado Sensible del trauma
Consecuencias del maltrato crónico intrafamiliar en la infancia: trauma del desarrollo
Isabel María Cervera Pérez1, Concepción López-Soler2, Mavi Alcántara-López2, Maravillas Castro Sáez2, Visitación Fernández-Fernández2 y Antonia Martínez Pérez2 1Unidad de Salud Mental Comunitaria Huércal-Overa. 2Universidad de Murcia.
El maltrato, los abusos y el abandono durante la infancia pueden considerarse sucesos traumáticos que interrumpen el desarrollo cerebral normal y que pueden incluso llegar a producir modificaciones considerables en algunas estructuras cerebrales. Estos efectos neurobiológicos parecen desempeñar un papel relevante, junto con otros factores ambientales y genéticos, en el desarrollo posterior de diversas psicopatologías, tanto a corto como a largo plazo.
Los resultados que se desprenden de los estudios revisados apoyan el enorme potencial traumático de eventos que ocurren en el contexto diario de las relaciones de apego, que implican unos cuidados y protección inexistentes o inapropiados a los menores por parte de los adultos responsables. Las investigaciones han encontrado evidencia acerca de que este tipo de sucesos traumáticos generan, tanto en adultos como en menores, una diversidad de manifestaciones psicopatológicas que exceden la sintomatología exclusiva de TEPT, y que afectan a la regulación afectiva, cognitiva y conductual.
Con el objetivo de mejorar el diagnóstico del impacto de traumas complejos, surgieron dos nuevas propuestas diagnósticas, la de TEPT-C y TTD, equivalente al TEPT Complejo, pero específico para población infantil.En menores, el diagnóstico de TTD permite constatar el impacto de sucesos en el apego que determinan problemas para lograr unas competencias evolutivas normales relacionadas con aspectos centrales de su desarrollo, y les impide tener un funcionamiento satisfactorio en las diferentes áreas de su vida y bienestar mental.
Los 7 impactos del Trauma del Desarrollo
Experiencias adversas tempranas. Dificultades, avances y retrocesos desde la mirada de las familias
Los 3 pilares del Cuidado Sensible del trauma
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Teléfono: +34 687 027 714
Mail: info@petalesespaña.org