El objetivo de este trabajo fue realizar una revisión de las investigaciones empíricas sobre las consecuencias psicológicas de traumas interpersonales en infancia, adolescencia y primera juventud, así como analizar la validez del nuevo diagnóstico de Trauma Complejo.
Índice de contenidos:
Investigaciones empíricas sobre las consecuencias psicológicas de traumas interpersonales
El maltrato, los abusos y el abandono durante la infancia pueden considerarse sucesos traumáticos que interrumpen el desarrollo cerebral normal. Pueden i llegar a producir modificaciones considerables en algunas estructuras cerebrales. Estos efectos neurobiológicos parecen desempeñar un papel relevante, junto con otros factores ambientales y genéticos, en el desarrollo posterior de diversas psicopatologías, tanto a corto como a largo plazo.
Los resultados que se desprenden de los estudios revisados apoyan el enorme potencial traumático de eventos que ocurren en el contexto diario de las relaciones de apego, que implican unos cuidados y protección inexistentes o inapropiados a los menores por parte de los adultos responsables. Las investigaciones han encontrado evidencia acerca de que este tipo de sucesos traumáticos generan, tanto en adultos como en menores, una diversidad de manifestaciones psicopatológicas que exceden la sintomatología exclusiva de TEPT, y que afectan a la regulación afectiva, cognitiva y conductual.
Diagnóstico del impacto de traumas complejos
Con el objetivo de mejorar el diagnóstico del impacto de traumas complejos, surgieron dos nuevas propuestas diagnósticas:
- Trastorno por Estrés Postraumático Complejo (TEPT-C), incluido como un diagnóstico nuevo en la última versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). Describe, más completa y apropiadamente, la psicopatología resultante de la exposición a traumas complejos en adultos, e incluye un conjunto de síntomas que reflejan graves perturbaciones en la autorregulación afectiva, cognitiva y comportamental en menores.
- Trastorno Traumático del Desarrollo (TTD) que incluye múltiples síntomas en diferentes áreas (apego, biología, regulación del afecto y autorregulación, consciencia, control de la conducta, cognición y autoconcepto), que suelen derivarse de la exposición repetida al trauma interpersonal en la infancia. Equivalente al TEPT Complejo, pero específico para población infantil.
Desde ese momento se ha acumulado numerosa evidencia científica que respalda la consistencia, validez y utilidad clínica de dichos diagnósticos (Achterhof, Huntjens, Meewisse, & Kiers, 2019; Ford, Spinazzola, van der Kolk, & Grasso, 2014), lo que ha con- ducido a la inclusión del TEPT Complejo en la CIE-11 (OMS, 2018).
En menores, el diagnóstico de TTD permite constatar el impacto de sucesos en el apego que determinan problemas para lograr unas competencias evolutivas normales relacionadas con aspectos centrales de su desarrollo, y les impide tener un funcionamiento satisfactorio en las diferentes áreas de su vida y bienestar mental.
Conclusiones
Las implicaciones para la evaluación, el diagnóstico y la mejora de la eficacia y efectividad de los tratamientos psicológicos son muy importantes. El impacto no es solo clínico, abarca también aspectos cruciales del apego y condiciones de tutela y adopción, ya que las rupturas afectivas previas y las nuevas condiciones del cuidado y protección, así como de las condiciones postraumáticas del/la menor, permiten entender más las dificultades en los procedimientos de acogida y adopción nacional e internacional, al modificarse todo el sistema de relaciones afectivas.
La comprensión del trauma complejo permite y exige necesariamente generar un marco de referencia específico en los tratamientos psicológicos con menores expuestos a abusos y negligencia por parte de sus cuidadores
Autoras:
Isabel María Cervera Pérez1, Concepción López-Soler2, Mavi Alcántara-López2, Maravillas Castro Sáez2, Visitación Fernández-Fernández2 y Antonia Martínez Pérez2
1Unidad de Salud Mental Comunitaria Huércal-Overa. 2Universidad de Murcia