Adversidad Temprana y educación

Estamos a final de curso, y es el momento de aprovechar para volver a contar las vivencias de muchas familias. Un año tras otro explicando a cada tutor/a, orientador/a, directo/a, profesor/a, a cada colegio y cada instituto el por qué nuestro hijo o hija no es maleducada, ni vaga, ni su comportamiento tiene que ver con la educación que le damos en casa. Que los castigos, los partes, las expulsiones solo sirven para hundirlo más. Que todo lo que les pasa es porque tuvieron una infancia difícil, que afectó a su neurodesarrollo, a su forma de vincularse con las personas, que todo es fruto del miedo, el trauma, la adversidad temprana.

“Le envio por correo electrónico información” , “Puede llamar su psicóloga, este es el diagnostic” siempre las mismas explicaciones.

Y los profesionales de la educación lo pueden leer o no, entender o no, implicarse o no. En todo caso fácil no es y no siempre cuentan con las herramientas y el apoyo necesario, En definitiva nuestro sistema educativo no está sensibilizado ni preparado para trabajar con chicos y chicas traumatizados.Pero  hay esperanza, los centro educativos pueden trabajar para ser más sensibles al trauma,

Pero  hay esperanza, los centro educativos pueden trabajar para ser más sensibles al trauma,

Carta de una madre a todas-os  las-os profesoras-es de su hijo.

Buenas:

Aunque a lo largo del curso, me he comunicado con algunos de vosotros y he intentado explicar que le pasa a Miguel. Creo que sería bueno poner estas letras para todos, es una forma también de deciros, que sé lo que ocurre, que no estoy mirando hacia otro lado, de que se pueda disculpar esos comportamientos, esas faltas de respeto. De deciros, de que Miguel no es un irrespetuoso, ni mal educado… aunque su forma de expresar su mal estar,  lo parezca.

No es fácil , yo llevo muchos años leyendo, preguntando a profesionales, perteneciendo a una asociación que acompañan a familias con estos trastornos  y aún así , la mayoría de las veces no doy la respuesta que debo, no soy capaz de empatizar con el, y el sentimiento de frustración es constante.

Pero, como hoy es el, mañana puede ser otro chico/a, puede ser enriquecedor entender que es esto del trastorno de apego o de la adversidad temprana, o sea ocurrida en los primeros años de vida, o incluso durante el embarazo de la madre. Estas situaciones pueden dar lugar a problemas de distinta gravedad relacionados con el neurodesarrollo, afectando al Sistema Nervioso Central del niño o niña y originando disfunciones cognitivas, emocionales y sociales que les impiden crear relaciones de confianza con sus “figuras de apego” cuidadores, padres o madres u otros familiares.

A veces, una amenaza aunque sea pequeñita, le hace conectar con el daño original , una herida muy antigua, muy profunda  que  no  puede  controlar,  que  le  provoca  baja  autoestima,  inseguridad.  Puede  parecer  que  está provocando, cuando pone una sonrisa que no entendemos o que da una mala contestación, pero todos esos comportamientos negativos surgen de un estado de estress inconsciente que sienta sus bases en el MIEDO.   Que necesitan una gran comprensión por parte de las personas con las que se relaciona.  Son, ante todo, signos de sufrimiento.

He tardado en darme cuenta que un niño asustado, no puede aprender. Por eso, en estos momentos, tratamos de recuperar seguridades, lograr una conexión sin estres para que el pueda regularse emocionalmente. Esto no significa abandonar , significa entender que ahora no se puede, que hay que esperar. Cuando vaya madurando, el comportamiento mejorara.

Siento que se este curso se hayan tenido que enfrentar con esta situación, sé que no es fácil. Intento con estas letras, lograr “una mirada empática”, que a pesar del cansancio que ha provocado, se man tengan una relaciones positivas, que son esenciales para la reparación del daño y el crecimiento.

Les agradezco sus mensajes de preocupación y seguimiento a lo largo del curso.