Ahora en familia
Ordenando, colocando, reciclando…
Marie Kondo, la famosa japonesa que nos ha hecho ordenar el cajón de las camisetas como si fuera un perfecto archivador, lo sabía!
Fijo que intuyó que medio planeta nos pasaríamos semanas en casa y nos daría por ordenar y limpiar los armarios.
En estos días, me recuerda lo que se conoce como síndrome del nido. Algo que viví antes de que naciera mi primer hijo. Se trata de una conducta que desarrollan algunas personas, al final del periodo de espera de un nuevo miembro a la familia. En él, como si quisiéramos tenerlo todo listo antes de su llegada, nos lanzamos al orden y la limpieza del nido, de la casa.
Algunos expertos explican esta forma de actuar, como un asidero para afrontar la ansiedad que nos produce lo desconocido, el futuro incierto, aquello que no podemos anticipar ni controlar. Para estas personas, esta actividad provoca sensación de tranquilidad y seguridad.
En este momento tan difícil para tantas personas, ordenar armarios está siendo una de las muchas válvulas de escape de aquellos que no estamos en primera línea y que cada mañana podemos levantarnos dando gracias porque todo está bien.
Mientras colocaba todas las camisetas que me pondré cuando pueda de nuevo abrazar a mi familia y amigos. Cuando limpiaba y ordenaba los zapatos que luciré cuando podamos salir a pasear juntos celebrando que todo esto ha terminado, decidí que había llegado el momento de ordenar otro tipo de armario, el armario de mi mente.
Demasiadas cosas acumuladas
¿No os parece que acumulamos en los armarios muchas cosas que no nos sirven? ¿No os parece que, de igual manera, acumulamos muchos pensamientos y comportamientos inútiles? ¿No os parece que este puede ser un buen momento para hacer limpieza también en este armario tan particular?
Estos días me he encontrado con cosas que he decidido dar, como el bolso rojo que tanto uso en verano y que le gusta a mi hermana. Se lo daré nada más termine este encierro. Le encantará y junto con el bolso rojo me propongo dar mi sonrisa más a menudo. Mi tiempo sin reservas y mi cariño en cada mensaje que escriba estos días.
¿Y la camisa azul? Hace años que no me la pongo. Y no sé porque si me favorece mucho. Decidido, vuelve a primera línea de percha y a volver a usarla. Como volveré a practicar viejas aficiones, como esta de escribir que tanto me gusta y que tenía abandonada como la camisa azul.
Del fondo del armario han salido algunas cosas que parecen del siglo pasado, pero voy a hacerles unos arreglillos a ver como resultan. ¡Igual marco tendencia este verano! Como estoy segura de que marcaré tendencia si hago algunos arreglillos en mi forma de relacionarme con las personas que me importan de verdad.
También han salido de su escondite, algunos pijamas que no sirven ya más que para trapos, así que, ¡al cubo de reciclar! Y junto con esos viejos pijamas se irá mi miedo al fracaso, mi miedo a no ser suficientemente buena, y mi miedo a depender de otros.
¿Y tú? ¿Qué te gustaría regalar? ¿Qué aficiones o habilidades vas a volver a poner en primera fila? ¿Qué arreglillos te gustaría hacer en tus comportamientos? ¿Y qué me dices de lo que vas a reciclar?
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