El Mago de Oz visto desde PETALES España
Una historia, en la que la protagonista (no podía ser de otra manera) es una jóven huerfana, que vive con sus tios en un lugar dónde “Todo es gris: la tierra, la hierba, el cielo… . Tía Emma y Tío Henry, sus padres adoptivos, perdieron el color de sus ojos, el rubor de sus mejillas. Trabajan en su granja y nunca ríen ni se emocionan. No hay maldad, tampoco chispa.”
En ese desierto emocional, un ciclón la arrastra lejos de su casa, y la deja en un mundo desconocido, dónde no quiere estar. Allí, le explican que para volver sólo el Mago de Oz puede hacerla volver a su casa.
En el camino de su búsqueda, se encuentra con otros personajes que también van a pedirle al Mago solución para sus problemas. Un espantapájaros, que va por la vida sin el suficiente “cerebro”. Un hombre de hojalata que se queja amargamente de que le falta el tan necesario “corazón”. Y finalmente, un león que ha perdido el “valor” imprescindible para enfrentarse a la vida.
Y todos ellos se reúnen en un camino que les cambiará la vida. El camino de las baldosas amarillas, el camino de la aceptación, de la cooperación, de la realización personal y de la superación, que les llevará hasta el Mago, para descubrir, que todo lo que necesitaban, lo llevaban dentro de sí mismos.
Todo un ejemplo de superación personal, hilvanado con la música y el baile bajo la experta dirección de Pepi Fernández y la exquisita y sensible interpretación de todos los integrantes del grupo.
Asi que, todo nuestro agradecimiento por su ejemplo y generosidad.