Para tratar el tema del abordaje de los problemas de salud mental en la familia, el pasado 3 de marzo, desde PETALES España tuvimos el privilegio de acoger la charla-coloquio online. “Cuando nos volvimos locos”, impartida por Sonia Herrero, terapeuta, coach, madre y autora del libro del mismo nombre,. Nos hablo de una hora de palabras honestas, dolorosas y luminosas que tocaron el corazón de muchas personas que conocen en primera persona lo que significa vivir al lado de alguien con un trastorno mental grave.
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Un relato que rompe el silencio
Sonia no habló desde la teoría. Habló desde su experiencia más íntima como madre de Darío, un joven que a los 19 años sufrió su primer brote psicótico. Lo que siguió fue una sucesión de internamientos, crisis familiares, soledad institucional y una montaña rusa emocional que afectó profundamente a toda la familia.
Pero Sonia no se quedó ahí. Supo ponerle palabras a lo innombrable. Compartió con valentía lo que muchas familias callan: el miedo, la culpa, la rabia, la impotencia, la vergüenza… y también el amor incondicional, el aprendizaje, el duelo y el crecimiento.
La salud mental en la familia: cuando todo cambia
A través de su testimonio, Sonia desmanteló ideas preconcebidas y ofreció claves que resonaron con fuerza en quienes asistieron. ¿Qué pasa con las madres o los padres que acompañan? ¿Dónde queda su salud emocional? ¿Cómo sostener sin hundirse?
En su intervención, Sonia reivindicó una verdad incómoda pero liberadora: cuando una persona querida enferma mentalmente, toda la familia entra en crisis. Y esa crisis, si se nombra y se trabaja, puede transformarse en un camino de consciencia y sanación.
Tres ejes para no naufragar
Basándose en su experiencia y en las herramientas que ha reunido como terapeuta, Sonia compartió tres pilares clave que ayudaron a su propia recuperación y que ahora transmite a otras familias:
- Cuidarse para cuidar: Aprender a poner límites, dejar de cargar emocionalmente con el sufrimiento del otro y salir del círculo de la codependencia.
- Recuperar la relación sin pelearse con la enfermedad: Construir una nueva forma de estar presentes, sin intentar “arreglar” al otro, pero sin dejar de estar.
- Implicarse desde la serenidad: Participar en la recuperación del ser querido sin perderse a una misma en el proceso.
El duelo de quien sigue vivo
Uno de los momentos más impactantes fue cuando habló del duelo anticipado: aceptar que esa persona que conocíamos antes del brote quizás no volverá a ser la misma. “Solo cuando enterré al Darío que fue, pude empezar a querer al Darío que es ahora”, dijo Sonia.
Este enfoque resonó especialmente entre quienes acompañan a hijos, hermanos o parejas con trastornos mentales: poder cerrar una etapa para abrir otra, mirar con nuevos ojos y reconstruir el vínculo desde otro lugar.
Un mensaje de esperanza
A pesar de la dureza del relato, Sonia dejó un mensaje claro: sí hay salida, aunque no sea la que imaginábamos. “Mi hijo ya no es el de antes, pero yo tampoco. Y eso no es una tragedia. Es evolución.”
Hoy, Darío está mejor. Sonia también. Y juntas/os han transformado su historia en un testimonio que puede sostener a muchas otras familias.