Resumen de la ponencia “Las bases neurobiológicas del apego: El modelado del funcionamiento neurobiológico y fisiológico del niño a través de la figura significativa.”de Rafael Benito.
Las bases neurobiológicas del apego:
El modelado del funcionamiento neurobiológico y fisiológico del niño a través de la figura significativa.
Rafael Benito comenzó reconociendo que la neurobiología actual ha venido a dar la razón a Bowlby y los que postularon la teoría del apego, que fue muy denostada por los profesionales de la medicina, de la psiquiatría y de la psicología.
Su ponencia se estructuró en 3 partes diferenciadas:
1) EL SISTEMA NERVIOSO. CENTRAL (SNC)
Conocer bien la estructura del SNC es imprescindible para poder comprender como funcionamos. En el cerebro humano hay 3 partes que se superponen:
1.1) el sistema reptiliano (que compartimos con los reptiles), que es la más antigua de todas. Con el hipotálamo como motor, maneja las funciones vegetativas (apetito, temperatura, hormonas, etc.) y la respuesta al estrés. Ligado con el SN autónomo, que maneja las funciones viscerales e inconscientes a través del sistema simpático (activación de defensa, lucha y huida) y parasimpático (freno, inmovilidad)
1.2) el sistema límbico (que compartimos con los mamíferos como el perro). Con el hipocampo (memoria), la amígdala (respuesta al miedo, asocia emociones y acontecimientos), el córtex cingulado (evalúa si merece o no la pena), el vago ventral (“embrague” que elige entre huida y ataque), el vago dorsal (freno) y los circuitos del placer (motivación, placer, etc.)
1.3) la corteza cerebral (que compartimos con los monos) con su parte esencial el lóbulo frontal (humanos), sede de las funciones ejecutivas: pensamiento, conducta y emociones. Planifican, deciden, en definitiva piensan, antes de evaluar ganancias y pérdidas.
Las 3 capas están integradas en forma vertical, tomando el control una u otra capa, según las circunstancias lo determinan. Por ejemplo ante situaciones de riesgo las capas más profundas del cerebro toma el control dejando sin mando y control a la corteza cerebral. También se integran en forma horizontal, siendo el hemisferio derecho sede de emociones y vivencias y hemisferio izquierdo sede de la razón y las narrativas, ambos unidos por el cuerpo calloso.
Resumiendo: La ontogenia recapitula la filogenia: comenzamos todos muy parecidos (cerebro reptiliano) y nos vamos diferenciando con el tiempo en el desarrollo.
2) NEURODESARROLLO Y APEGO
Los seres humanos somos una especie altricial, necesitamos al adulto para sobrevivir y un tiempo bastante largo para completar el neurodesarrollo. Nacemos con el sistema operativo básico para apegarnos, y luego se va desarrollando todo lo demás. No basta con la comida, ni con los cuidados físicos, ni siquiera con el cariño. Se necesita una figura de apego que de seguridad, que es una necesidad VITAL. La presencia y disponibilidad del cuidador principal modela, por tanto, el desarrollo del sistema nervioso del bebé.
El neurodesarrollo es PRECOZ (a partir de la cuarta semana, se puede dañar muy pronto e.g. alcohol), PROLONGADO (hasta los 25 años, se puede reparar), se ejecuta por FASES (ventanas de oportunidad y de vulnerabilidad) y conlleva fase de proliferación de nuevas conexiones y fase de poda neuronal, donde lo inactivo desaparece. Es necesario aprovechar bien esas ventanas y promover una poda eficaz.
Por ello se considera que la adopción antes del primer año de vida permite una intervención múcho más eficaz cuando no hay una figura de apego “suficientemente buena”. Y que la adolescencia en adopción es un periodo crítico, una oportunidad de reparar a la vez que una posible recaída de problemas iniciales
De 0 a 2 años: Es el tiempo de construcción del apego. El neurodesarrollo se acompasa para lograr el apego. Nacemos con lo básico (vista, oído, tacto, olfato, gusto, respuesta al miedo/stress y al placer) para poder identificar a la madre (leche, olor, piel, etc).
- De 0-3 meses se aprende a asociar lo que ocurre (bueno o malo) a la figura de referencia, se regulan las hormonas de estrés, madura la visión detallada y la detección de la sonrisa. El bebe puede ver a su madre y sonreír. También las hormonas de la madre se adaptan para construir el apego.
- De 3-6 meses se desarrollan el vago central (cosquillas, juego) y el cortex cingulado (estimación de ganancia/perdida), se fortalece la quietud segura y comienza la conciencia de “cuanto estoy mejor”.
- De 6-12 meses se desarrolla el córtex pre-frontal.
En la adolescencia: Hay una proliferación, sobre todo en el centro que regula miedo/placer, y a su vez una poda de las partes inactivas. La parte racional va más lenta, hay una falta de sincronía, de ahí la impulsividad, gratificación inmediata, etc.
Los daños producidos por el maltrato o negligencia en la primera infancia afectan por tanto a la salud mental y física.
Asi, los daños en la etapa 0-9 meses hacen que la amígdala quede indiscriminada (bueno/malo), el hipocampo no gestione bien la memoria y el cingulado no sepa lo que le conviene (riesgo excesivo). De 1-2 años el córtex pre-frontal queda comprometido, hay menor cantidad de sustancia gris y no logra controlar a la amígdala, por lo que no hay regulación emocional.
Además de lo mental, la parte física queda también dañada por los desequilibrios hormonales que surgen como consecuencia de un desarrollo neurológico deficiente: obesidad, diabetes, resistencia a la insulina, enfermedades cardiacas, complicaciones ginecológicas y respiratorias…
3) BUENOS TRATOS: LA EPIGENETICA
Terminamos la presentación con un rayo de esperanza de la mano de la epigenética. Está comprobado que no podemos cambiar los genes heredados, pero si podemos modificar – mediante el entorno adecuado – la manera o la frecuencia con la que las neuronas utilizan un determinado gen. Cada proteína se construye siguiendo un libro de instrucciones, o gen, libro al que podemos poner determinados marcadores, de manera que el libro en cuestión se lea o no con facilidad.
Una parentalidad positiva puede por tanto no solo cambiar actitudes, sino la forma en la que se leen los genes. De manera que estos cambios epigenéticos se transmitirían además a las generaciones venideras.
CONCLUSION:
Los seres humanos nacemos con un sistema operativo básico en el cerebro y luego se va desarrollando todo lo demás, de forma progresiva, hasta completar el desarrollo a los 25 años. Necesitamos desde el primer momento una figura de apego que nos de seguridad, una necesidad tan vital como el alimento o el cariño. Esta figura va modelando el crecimiento del sistema nervioso.
Si no existe esa figura de apego o sus cuidados no son los adecuados, se producen daños en el desarrollo neurológico que afectan a la salud tanto física como mental.
El neurodesarrollo infantil sigue un curso INEXORABLE que nos obliga a ACTUAR LO ANTES POSIBLE para minimizar las consecuencias del maltrato y EVITAR UN DAÑO PERMANENTE.
Nuestra gran esperanza en la epigenética, que postula que si bien los genes son heredados y no pueden cambiarse, si podemos influenciar por el entorno (nosotros mismos) la manera y frecuencia en la que estos genes son utilizados o no.
Los cambios epigenéticos producidos por el entorno adecuado, como por ejemplo, una parentalidad positiva que promueva un apego seguro, o intervenciones educativas y terapéuticas adecuadas , se transmitirían además a las generaciones venideras, rompiendo la cadena de maltrato.
Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Si quieres, puedes descargar la ponencia aqui;
https://drive.google.com/open?id=15eeG9xuJ3zPK8KHo5gibAfK_Ur2dfnD0
Y puedes ver el vídeo de la misma en este enlace: