CQué es el PLAN B?

Todos tenemos planes para nuestros hijos, todos soñamos con que se incorporen a la vida adulta con seguridad, con ilusión y esperanza. Sin embargo vamos viendo a lo largo del camino que las cosas no parece vayan a culminar así… Las actuaciones y los programas en que nos vemos inmersos  buscan la “normalización” sin equidad, la “media” nos excluyen sin darnos alternativas y lo “habitual” es para nosotros una meta que parece inalcanzable. Nuestra única realidad es constatar que la normalización que nos ofrece el sistema (educativo, sanitario, psicosocial, etc) lejos de ser inclusiva es discriminatoria. Nuestra sociedad no es consciente de las implicaciones y consecuencias de las experiencias adversas vividas en los primeros años de vida, de la huella que han dejado en nuestros hijos e hijas, la mayoría de las veces permanente.

No nos sirven las herramientas que no tienen en cuenta sus secuelas, sus contextos e incluso sus discapacidades que muchas veces son invisibles.

Las familias de Petales sabemos que nuestra realidad es compleja, que adopta muchas y diferentes formas y que es transversal en su abordaje. Las familias debemos tener siempre tener un Plan B en la cabeza. Y hemos decidido unir nuestros esfuerzos en ese empeño.

Queremos construir un Plan que sea una posibilidad de futuro. Pretendemos que nuestros jóvenes desarrollen su autoconcepto/autopercepción, adquiriendo nuevas capacidades y desarrollando sus competencias ocultas (autoestima) que reciban apoyos que contribuyan a regular las relaciones familiares, que se reconstruya la confianza (fortalecer el vínculo), una base más amplia para que aborden sus vidas desde la construcción de su identidad y amplíen su círculo de seguridad.

Se hace fundamental también que trabajemos para influir en las Políticas Públicas para generar cambios, dando respuesta a estas necesidades.

El Plan B, pretende proponer ideas, proyectos, tratamientos, servicios y experiencias, que reconocidas todas ellas como buenas prácticas (desde la experiencia profesional y las propias familias), sí pueden facilitar, reconducir y resolver estas necesidades.

El Plan B tiene como referencias en sus diferentes procesos de trabajo los siguientes pilares o puntos de referencia:

  •  Autonomía, entendida en sentido amplio, respetuosa,  flexible, personal y creativa. Entendiendo que para nuestros chicos y chicas la autonomía y la capacidad de decidir sus vidas es un principio de vida que no es incompatible con la posibilidad de sentirse cuidados y protegidos por quienes saben que son los suyos.
  • compañamiento estable, de largo recorrido, pero con intensidad variable en función de lo que en cada momento se pueda recibir (respetar los ritmos + disponibilidad). Acompañamiento entendido también como presencia a distancia óptima de quienes pueden generar espacios y experiencias segurizantes. La presencia amable, no violenta, continuada y atenta de quienes se saben vinculados a pesar de las distancias, conflictos y diferencias.
  • Posición activa: Implicación y responsabilidad individual, familiar y organizacional de quienes no esperan que el mundo cambie porque ya han empezado a cambiarlo, adaptarlo y mejorarlo. Si queremos que las cosas sean diferentes solo tenemos que empezar a hacerlas. La proactividad como ejercicio sano y cotidiano y la defensa de iniciativas, aunque estas no tengan garantizado el éxito.